Jessie J no ha perdido el
tiempo después del fracaso de Alive. Apenas un año después de publicarlo, nos
llega Sweet Talker, un disco pensado para devolverla –o al menos
intentarlo- a la primera línea de la escena musical, sobre todo en Estados
Unidos, donde su discográfica no lanzó su segundo álbum porque consideraba que
no se adecuaba a los gustos del público americano. A raíz de ello, Jessie ha
estado trabajando en canciones que la coloquen en los primeros puestos del Billboard.
Buena muestra de ello es el single de presentación del proyecto, un Bang Bang
en el que están involucrados el infalible Max Martin, la chica de moda Ariana
Grande y Nicki Minaj. El resultado es un tema tan irresistible como desesperado
en su objetivo por ser el éxito que finalmente ha sido.
Pero Bang Bang se vendía
sola gracias a las dos acompañantes de Jessie. Lo difícil viene después, cuando
la británica no tiene colaboradores en los que apoyarse. Cuenta, sin embargo,
con algunas canciones potentes con las que defender este disco. Burnin’ Up,
también firmada por Max Martin, tiene una base frenética de lo más pegadiza. Y
Ain’t Been Done recupera a la Jessie llena de energía, con ganas de comerse el
mundo y de alcanzar el número 1, como confiesa en su eficaz estribillo. Por ahí
van los tiros en Masterpiece, un tema inicialmente oscuro que deriva en un luminoso número
pop en el que insiste en que todavía no hemos visto lo mejor de ella. Más
calmada se presenta en Sweet Talker, con una burbujeante base de Diplo
(co-productor de la canción) y un bonito piano en su estribillo.
No obstante, los problemas habituales en
la corta carrera de Jessie no tardan en aparecer y vuelve a ofrecer canciones genéricas sin una dirección artística clara. La acústica Personal es demasiado
anodina para situarse justo en la mitad del álbum, lugar que se podría haber
reservado para la divertida y funky Seal Me With A Kiss. Loud, dedicada a sus detractores (y ya van…), viene firmada por unos Tricky
Stewart y The-Dream no muy inspirados, mientras que Fire, por muchas cuerdas que tenga, no deja de sonar a descarte de
John Newman, al fin y al cabo lo que es. Y para concluir el disco, Get Away, la balada de rigor que en
realidad ni emociona ni es tan contundente como Who You Are.
Jessie J se ha asegurado
unas cuantas canciones con madera de hit en Sweet Talker, aunque su éxito luego
dependerá de varios factores, porque en Estados Unidos sigue sin calar tanto
como le gustaría. Lo malo es que junto a ellas abundan de nuevo los temas que
no llevan a ningún sitio. El esfuerzo le ha servido para remontar, pero quizá Jessie
habría necesitado más tiempo para reunir una colección más consistente de
canciones pegadizas.
Nota: 6
Destacamos: Ain’t Been Done, Burnin’ Up, Bang Bang
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