Taylor Swift resuelve bien su salto al pop con ‘1989’

Dice Taylor Swift que 1989 es oficialmente su primer disco pop. Estas declaraciones no sorprenderán a nadie si tenemos en cuenta su trayectoria. Con cada álbum, se ha ido alejando más del country, llegando incluso a coquetear con el dubstep en Red. 1989 resulta, pues, un paso natural en su carrera. Aquí no hay ni rastro de las guitarras y los violines sacados de Nashville. Al contrario, Taylor ha confiado en productores como Max Martin –responsable de los momentos más pop de Red- y Ryan Tedder.
Lo más cercano al sonido de la antigua Taylor que puede encontrarse en este álbum es How You Get The Girl, donde juega con una guitarra que se mezcla con un estribillo típico de Max Martin. Dejándola a un lado, el resto de este trabajo incorpora elementos de moda en la escena pop actual.  La anunciada influencia de la música de finales de los 80 se nota en temas tan inspirados como Out Of The Woods y I Wish You Would, ambos escritos y producidos junto a Jack Antonoff de fun. El primero está dedicado a Harry Styles, a quien también está dirigida Style, cuyo título ya da una pista sobre quién es ese chico con aspecto de James Dean sobre el que canta. Pero ¿qué sería de un álbum de Taylor sin referencias a sus ex? Incluso ella se permite bromear sobre su larga lista de ligues en la irónica Blank Space.
Shake It Off se suma a otra moda, la de incluir una sección de vientos. Le sienta bien a esta canción hecha para llegar al número 1, tal y como ha sucedido. Pero aunque resulte muy pegadiza, peca de sencilla y repetitiva, algo que se lleva al extremo en la infantiloide Welcome To New York, producida por Ryan Tedder. En Bad Blood –tema supuestamente dedicado a Katy Perry-, se apunta a una base de tintes hip hop en la que directamente no encaja por su falta de gracia y de garra en la interpretación. Y eso que debía ser el corte más agresivo del álbum. Por otro lado, All You Had To Do Was Stay, de nuevo dirigida a Harry Styles, recuerda a la Avril Lavigne de hace unos años; mientras que en Wildest Dreams parece que Taylor esté imitando a Lana Del Rey.    
Ryan Tedder tiene tiempo de resarcirse por Welcome To New York con la oscura I Know Places, situada casi al final. El cierre, sin embargo, se reserva para la canción más distinta del disco: Clean. Taylor se ha aliado con la inglesa Imogen Heap para ofrecer un envolvente número electrónico con una de esas letras tan suyas.
Taylor Swift ha saltado sin complejos al pop con 1989. Este completo abandono del country ha sido bien resuelto por su parte. Es cierto que a ratos se deja llevar por canciones impersonales y unas letras tan sencillas como sonrojantes, pero, a pesar de ello, le ha dado su toque particular al conjunto, dotándolo de honestidad y ganas de pasarlo bien.

Nota: 7,2
Destacamos: Blank Space, Style, Out Of The Woods, I Wish You Would
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